Por Eline Belgau, Mar Martín Murga e Irene Arrimadas
Revista de Escuelas
Católicas. Diciembre 2020. Num.94. Págs. 44 a 47
1. Mejora los
resultados académicos el alumno
Aunque sea difícil comparar los efectos de la jornada
continua y de la jornada partida al margen de otros factores (como el nivel
socioeconómico de los alumnos), los estudios tienden a mostrar que en España
los resultados académicos son mejores cuando la jornada es partida. Las
comunidades autónomas con jornada continua suelen obtener peores resultados en
las pruebas PISA que aquellas donde prevalece la jornada partida (excepto
Galicia, que obtiene mejores resultados que algunas comunidades autónomas en
las que prevalece la jornada partida), a la vez que suelen presentar un mayor
porcentaje de alumnado repetidor en 4º curso de ESO.
2. Ayuda a gestionar
los ciclos de atención y memoria
Desde el punto de vista de la Neurociencia, la jornada partida favorece el aprendizaje porque posibilita una mayor adaptación a los ciclos atencionales periódicos del alumnado. No es verdad, como intuyen algunos profesores, que la atención decae a lo largo del día: la evidencia científica identifica dos picos de atención para alumnos de todas las edades, uno a media mañana y otro después de la comida (aunque la duración y amplitud de los ciclos varían con la edad). Una pausa larga al mediodía ayuda a los alumnos a gestionar sus niveles de atención. Además, la memoria a largo plazo es más efectiva por la tarde que por la mañana.