El cambio de vida empieza por ti.
No les exijas a los demás que cambien de vida; no vayas rezando por la conversión de tu ciudad o de tu barrio.
Pídele a Dios, en primer lugar, que te cambie a ti, que te reconcilie contigo mismo.
Ruégale que te enderece por dentro. El cambio empieza por ti.
FELIZ MARTES.