Enrique Tierno Galván era agnóstico.
Siendo alcalde de Madrid (1979-1986) intentaron quitar el crucifijo de su despacho, a lo que respondió:
Siendo alcalde de Madrid (1979-1986) intentaron quitar el crucifijo de su despacho, a lo que respondió:
“La contemplación de un hombre justo que murió por los demás no molesta a nadie. Déjenlo donde está.”
Imagen: FANO
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