
Tanto la vida como
la muerte son dos experiencias existenciales de primer orden, por las que todos
pasamos inexorablemente. Son inevitables.
El humanismo
cristiano y la fe en Jesús, el Cristo resucitado, dan plenitud al sentido de
estas fiestas.
Para nada hemos de
perder el sentido cristiano de estas dos fiestas. Los convites que nos llegan
de nuestra sociedad, impropios a nuestra cultura y fe, pueden hacerlo si de
brazos cruzados nos quedamos.
Ofrecemos esta web, que aglutina pluralidad de
recursos y materiales, para facilitar la labor de los equipos de pastoral de
los colegios:
(Imagen: FANO)