Popularizado a mediados de la pasada década de los noventa tras la publicación, en 1995, del ensayo Inteligencia emocional de Daniel Goleman, el valor educativo de la gestión emocional ha ido ganando adeptos tanto dentro como fuera de los entornos educativos, hasta adquirir su actual estatus de vital importancia en la formación −reglada o no, pero en todo caso paralela a la intelectual− de todo ser humano. Una reputación de la que hemos dado cuenta en más de
una y de
dos ocasiones desde este mismo espacio, que se ha visto puesta en valor en las últimas semanas ante el estado de confinamiento obligado en el que viven hoy muchos jóvenes en edad de escolarización y los posibles efectos que este encierro pueda tener sobre todos nosotros. Lo que nos ha impulsado a llevar a cabo una nueva aproximación a esta formación para el buen desarrollo y gestión emocionales, teniendo en cuenta las limitaciones actuales y las posibilidades que, de forma más o menos general, puedan tener las familias para llevarla a cabo de forma satisfactoria.
¿Por qué una educación emocional?
Fuente: Educación emocional