El colegio viatoriano, como estructura al servicio de la evangelización de la Iglesia, ofrece y propone un programa educativo integral, en el que presenta la persona y el mensaje de Jesús de Nazaret como modelo de felicidad. Invita a cada miembro de la Comunidad Educativa a trabajar esta dimensión. Para ello:
Entiende que cuantos pertenecen a la Comunidad Educativa, conocen, aceptan, respetan y potencian su identidad.
Procura que todos los procesos educativos, las estructuras, los contenidos curriculares y las relaciones sean coherentes con el Evangelio.
Asume y comparte los criterios pastorales de la Iglesia local para llevar adelante su misión evangelizadora.
Promueve el desarrollo de la dimensión religiosa de la persona, y la apertura a la trascendencia, en todos los componentes de la comunidad educativa -sean creyentes o no-, mediante:
- La educación de la interioridad y el desarrollo de la competencia espiritual.
- La educación en valores y actitudes humanas que nos abren a los demás.
- Una actitud de apertura y respeto a otras confesiones cristianas (ecumenismo) y a otras religiones (diálogo interreligioso), así como con los no creyentes.
Ofrece un primer anuncio del Evangelio que favorezca una verdadera experiencia personal de fe, mediante:
- La presentación significativa del camino abierto por Jesús de Nazaret y la Virgen María.
- El contacto asiduo con la Palabra de Dios.
- La interpretación de la realidad individual y social desde claves evangélicas.
- La oración personal y comunitaria, momentos de celebración litúrgica y convivencias cristianas.
- Encuentros específicos con otros creyentes y comunidades cristianas
- Actividades solidarias y de voluntariado.
Orienta profesionalmente para conseguir el desarrollo personal y la contribución al bien común. Incluye en su acción educativa la atención a la dimensión vocacional inherente a toda existencia humana y cristiana, en conformidad con la persona y el mensaje de Jesús de Nazaret.
- La educación en valores y actitudes humanas que nos abren a los demás.
- Una actitud de apertura y respeto a otras confesiones cristianas (ecumenismo) y a otras religiones (diálogo interreligioso), así como con los no creyentes.
Ofrece un primer anuncio del Evangelio que favorezca una verdadera experiencia personal de fe, mediante:
- La presentación significativa del camino abierto por Jesús de Nazaret y la Virgen María.
- El contacto asiduo con la Palabra de Dios.
- La interpretación de la realidad individual y social desde claves evangélicas.
- La oración personal y comunitaria, momentos de celebración litúrgica y convivencias cristianas.
- Encuentros específicos con otros creyentes y comunidades cristianas
- Actividades solidarias y de voluntariado.
Orienta profesionalmente para conseguir el desarrollo personal y la contribución al bien común. Incluye en su acción educativa la atención a la dimensión vocacional inherente a toda existencia humana y cristiana, en conformidad con la persona y el mensaje de Jesús de Nazaret.
Foto: Archivo PT