Los Centros escolares que dirigimos los Clérigos de San Viator están marcados por el sello “Viator”, santo del siglo IV que sirvió en la Catedral de Lyon a la sombra de su obispo San Justo. Nuestro Fundador, el Padre Luis Querbes, nos lo puso como patrono y modelo porque deseaba que fuéramos como él, catequistas y servidores del altar. Él mismo, al ser destinado como párroco a Vourles, pueblo cercano a Lyon, Francia, se preocupó de la educación de los niños y niñas que se encontraban totalmente abandonados al finalizar la revolución francesa. Y así nacimos los Viatores, educadores y catequistas.
Foto: Archivo PT
El Padre Luis Querbes se dedicó en cuerpo y alma a levantar al pueblo al que le habían destinado y vio que era necesario poner en marcha un proceso educativo que formara personas íntegras al servicio de Dios y de la sociedad de Francia. Se fue rodeando de colaboradores comprometidos en la misma tarea, formando una familia con ellos, con un mismo espíritu; maestros dispuestos a vivir juntos en comunidad al servicio de los más necesitados.
La educación, hoy como ayer, es una tarea comunal, ya que todos los miembros de la comunidad escolar se reúnen en torno a un objetivo común. Cada colegio viatoriano, por otro lado, no trabaja de manera aislada, sino que está llamado a mantener una relación estrecha con los demás Centros de San Viator y con el entorno social, cultural, económico y eclesial.
Heredado de nuestro fundador y actualizado a través de la historia, en respuesta a los desafíos que la sociedad de hoy nos ofrece, te ofrecemos este estilo educativo viator que Viatores y laicos comprometidos, en misión compartida, nos empeñamos en llevar adelante para ayudar a los educandos a formarse integralmente.
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