martes, 27 de abril de 2021

Declaración final de la Asamblea de Escuelas Católicas del 23 de abril

 La Declaración final de la Asamblea apuesta por seguir defendiendo con determinación la libertad de enseñanza y un Pacto Educativo real

1. La pandemia ha trastocado todos los ámbitos de nuestra vida. Nuestras instituciones y centros educativos han sabido responder a todos los retos que se le presentaban, demostrando que la misión y los valores que nos identifican no se conforman con mantener la enseñanza y las aulas abiertas, sino que siguen proponiendo una educación que incorpora el tesoro del Evangelio para la mejora del mundo. Es necesario agradecer la participación de todos en este esfuerzo colectivo: de los titulares de los centros educativos, para saber responder a las nuevas necesidades, incluso desde la solidaridad; de los equipos directivos, para organizar, acompañar e incorporar espacios de aprendizaje adecuados; de los docentes, para salir al encuentro de sus alumnos y compañeros, especialmente de los más vulnerables; de los alumnos, para cambiar el signo de las dificultades y convertirlas en oportunidades; de las familias, para complementar el proceso educativo desde casa y ayudar a los centros a superar dificultades; de las comunidades religiosas y parroquiales, para ser modelo de cercanía y esperanza.

2. Cumpliendo las previsiones estatutarias, el año 2020 finalizaba su mandato el Secretario General, José María Alvira Duplá, marianista. La organización quiere agradecer a la institución su generosidad y a José María Alvira sus ocho años de dedicación y compromiso con Escuelas Católicas. Su tarea ha sido ampliamente reconocida tanto en el ámbito interno de nuestra entidad, como en su dimensión externa de relación con la Administración, partidos políticos, sindicatos, entidades educativas, así como en el ámbito internacional. Desde el 1 de septiembre de 2020, contamos con Pedro José Huerta Nuño, trinitario, para mantener y potenciar el trabajo desarrollado por sus predecesores en el cargo. Gracias también a él por asumir el reto, y gracias a su Orden por la generosidad de compartir en tiempos de necesidad.

3. El 23 de diciembre de 2020 se aprobó definitivamente la Ley Orgánica de Modificación de la LOE, más conocida como LOMLOE o Ley Celaá, norma que entró en vigor el pasado 19 de enero de 2021. Tanto la tramitación, como la aprobación y contenido de esta enésima reforma educativa han resultado ser una nueva oportunidad perdida para alcanzar el deseado y necesario Pacto Educativo, que sirviera de base para una ley de consenso, participada e innovadora en planteamientos pedagógicos. Asimismo, el conjunto de enmiendas planteadas por Unidas Podemos y aceptadas por el PSOE, se han centrado en limitar los derechos de los padres a la hora de elegir centro, en la consideración de la enseñanza concertada como red subsidiaria de la pública, en la inclusión de procedimientos centralizados de admisión, en la progresiva desaparición de la Educación Especial y en la exclusión de la clase de Religión como una asignatura equivalente al resto de materias fundamentales.

4. Todo ello motivó la constitución de la Plataforma Más Plurales por parte de las organizaciones mayoritarias de la enseñanza concertada (titulares, padres de alumnos y trabajadores), a fin de defender los derechos fundamentales de la comunidad educativa y el ejercicio de la libertad de enseñanza. La respuesta generalizada de las comunidades de todos nuestros centros fue excepcional (2.000.000 firmas, manifestaciones en 50 ciudades, repercusión mediática histórica), demostrando la enorme preocupación social e implicación ciudadana que generada por dicha reforma educativa. Junto a Más Plurales seguiremos defendiendo, por todas las vías legales y ante todas las instancias, españolas y europeas, los derechos consagrados en el artículo 27 de nuestra Constitución, y exigiendo un verdadero Pacto Educativo que aleje a la educación de la permanente confrontación política.

5. La pandemia no frenó la negociación colectiva, y se firmó el acuerdo para la extensión de los plazos de duración de los contratos eventuales por la COVID-19, y la ampliación de los plazos para presentar la documentación para acogerse a la cláusula de descuelgue del VI Convenio Colectivo. El dañado sector de la Educación Infantil recibió especial atención también. Todo ello siempre con el compromiso de consecución de pactos que permitan compaginar el reconocimiento y ejercicio de los derechos de los trabajadores (no solo en términos de legalidad, sino también de justicia social desde los valores que nos inspiran), con las necesidades de las empresas para mantener su viabilidad y el cumplimiento de los fines que justifican su labor social.

6. En este cambio de época lleno de retos emergentes es fácil “perder el rumbo”. Por eso, es necesario aprender de lo acontecido, priorizar nuestra identidad y afianzar nuestra visión compartida de la educación, donde la innovación pedagógica y pastoral han de ir de la mano. Desde el ámbito pedagógico, para dar respuesta a los desafíos emergentes y seguir apoyando el liderazgo educativo de nuestras titularidades, hemos dado un nuevo impulso al Movimiento “Por la innovación educativa” de Escuelas Católicas, protagonizado por una amplia comunidad de instituciones y centros de toda España y que este año cumple una trayectoria de 10 años. Por ello, hemos renovado toda nuestra programación, tanto en contenidos como en su puesta en acción con un estilo propio en modalidad on-line, a través de la implantación de numerosos programas pedagógicos innovadores que se enraízan en el Pensamiento de Innovación Educativa (PIE), donde destaca el Programa #profesinnovadores, en el que ya se han formado más de 15.000 docentes.

7. Nuestra mirada e impulso pastoral se ha centrado en la preocupación por favorecer la experiencia espiritual, la formación teológica y la misión de transformación social desde los valores del Evangelio de la escuela católica. Hemos querido ofrecer nuestra esencia y seguir con la invitación de ser testigos como escuela evangelizadora, de ser escuelas que viven con esperanza el momento presente y que encarnan el Evangelio, capaces de generar y ofrecer Vida y Esperanza en este tiempo de tanta incertidumbre y a la vez oportunidades. Una escuela que también está llamada a comprometerse e impulsar el Pacto educativo global al que nos convoca el Papa Francisco, porque “educar es siempre un acto de esperanza”. Y ello, va de la mano con hacer viable en nuestros centros “una humanidad capaz de hablar el lenguaje de la fraternidad".

8. La pandemia ha acelerado la necesidad de realizar una transformación digital que nos permita seguir generando experiencias de aprendizaje personalizadas, inclusivas y participativas, pero para ello es necesario que cada institución y centro diseñe un proyecto de integración de las TIC para desarrollar al máximo el potencial digital y ponerlo al servicio de sus objetivos educativos y evangelizadores. Para apoyar a los centros en este proceso, Escuelas Católicas ha desarrollado el Programa ec-digital para la certificación de centros digitalmente competentes, del que estamos celebrando la primera edición.

9. Un año después de que el mundo que conocíamos se transformara radicalmente y dejara al descubierto nuestra vulnerabilidad, Escuelas Católicas ha querido impregnar todas sus propuestas de una cultura del cuidado, absolutamente necesaria en medio de tanta incertidumbre. En esta conceptualización de nuestra labor se ha incluido la Guía para contribuir a que nuestros centros sean los espacios más seguros para nuestros alumnos, que se publicará en el presente curso.

Fuente: EECC