Francisco Cuesta es el dicharachero ex-tenista profesional que protagoniza el programa televisivo “Frank de la jungla”, en el que observamos cómo busca por diferentes países los más variopintos animales salvajes. Un día recorría la selva por una remota región de Filipinas junto a su equipo cuando llegaron a una zona poco habitada, apenas con algún poblado de chozas, y se les echó la noche encima. El cámara preguntó, con la lógica preocupación: “Frank, ¿dónde vamos a dormir?”, recibiendo como respuesta: “Tú tranquilo. Por aquí son católicos y nos dejarán quedarnos en cualquier casa”.
Así fue, efectivamente. En cuanto llamaron a una vivienda se vieron rodeados de un enjambre de niños que casi los llevaron en volandas dentro del hogar, donde una joven pareja les agasajó con lo poquísimo que tenían. El cámara no daba crédito a aquella sencilla y desbordante hospitalidad y le preguntaba a la madre, en inglés y a voz en grito -por si así le entendía-: “¿Cuánto tenemos que pagar?” y ella, siempre sonriente y en esta ocasión entre carcajadas, negaba con la cabeza. Los cristianos acogen. Así de simple.
Texto: BUIGLE