Por Eline Belgau, Mar Martín Murga e Irene Arrimadas
Revista de Escuelas Católicas. Diciembre 2020. Num.94. Págs. 44 a 47
La gestión del tiempo
y de sus ritmos es uno de los factores esenciales de la educación y, como tal,
es un tema de análisis recurrente. Por ello no nos sorprende que ahora se haya
vuelto a poner sobre la mesa de debate en muchas comunidades autónomas. Tenemos
claro que la toma de decisiones sobre el tipo de jornada en un centro educativo
recae en la entidad titular del colegio, que pone en el centro de sus
consideraciones la mejora de las oportunidades del alumnado, pero que sobre la
misma se ejercen presiones que no siempre están acordes con este propósito
principal.
Entonces, la pregunta es, ¿a quién beneficia realmente un
tipo de jornada u otra? Algunos docentes prefieren la jornada continua porque
facilita su formación en horario de tarde y les permite conciliar el trabajo
con su vida personal. Algunos padres la defienden porque deja más tiempo para
la realización de las actividades extraescolares y deberes, mientras que otros
prefieren la jornada partida porque se adapta mejor a sus necesidades
laborales. Pero si pensamos qué es mejor para el alumno, las evidencias apuntan
al horario partido.
Os queremos ofrecer 10 razones que apoyen dicha toma de
decisiones basadas en estudios científicos y artículos rigurosos de expertos.
Aunque todavía no disponemos de análisis longitudinales que permitan afirmar
con toda certeza la ventaja de un tipo de jornada frente a otro, las
investigaciones ya realizadas desde planteamientos pedagógicos, de la
Neurociencia, cronobiológicos, de inclusión social y de conciliación familiar,
nos aportan muchos argumentos a favor de la jornada partida, y pocos motivos
para favorecer la jornada continua.
¿Quién decide el tipo
de jornada en el centro?
La decisión sobre el régimen de jornada escolar (partida en
dos sesiones de mañana y tarde, o continua) corresponde al titular del centro y
debe estar en consonancia con el Proyecto Educativo y Evangelizador del centro.
Debido a la situación sanitaria se ha abierto el debate para
implantar la jornada continua, pero desde Escuelas Católicas se cree que es una
decisión que debe sopesar detenidamente la titularidad del centro teniendo muy
en cuenta que es un paso que puede ser luego muy difícil de revertir, pues se
debe valorar también la conflictividad y el coste respecto del clima laboral
que puede tener la vuelta futura a la jornada partida.
Imagen: maisonsdumonde
NOTAS:
1ª En cinco días sucesivos publicaremos las 10 razones, en bloques de dos a dos.
2º El quinto día también, un elenco de referencias bibliográficas para seguir pensando juntos.