"El sacerdote (Luis Querbes) describe las principales características de la casa de formación: La casa principal es un seminario menor de maestros de escuela, en donde son admitidos durante dos o tres años jóvenes de edad entre 15 y 18 años. Allí, junto con el estudio de su vocación, reciben lecciones de escritura, gramática francesa, cálculo, historia sagrada, canto y ceremonial. El superior general de la Congregación será un sacerdote nombrado por Monseñor, entre los presentados por el consejo de la Congregación. La formación prepara para el título de maestro de segundo grado.
Estas materias profanas se completan con una enseñanza específica en torno al servicio del altar. La relación estrecha con el obispo se subraya en el modo de designación del superior.
A continuación viene la descripción del personal que comprende el cuerpo docente: "La Congregación se compone de 1º: hermanos de treinta años cumplidos, ligados por votos simples y que por su vida regular han asegurado su perseverancia. 2º: cofrades, es decir, los que no habiendo hecho los estudios y exámenes en el seminario y ejercido las funciones de maestro de escuela, con el permiso del superior y la autorización de Monseñor, se casan y expresan el deseo de formar parte de la sociedad. Sus escuelas continúan sujetas a la inspección del visitador, reciben destino del superior general, y hacen un retiro anual de varios días en el seminario menor. Al jubilarse o al enviudar pueden acogerse al seminario, abonando una módica pensión. 3º: afiliados, es decir los que no habiendo hecho los estudios y pasado exámenes en el seminario menor, desearan tras algunas pruebas gozar de las mismas ventajas que los cofrades a excepción del derecho de jubilación".
Las abreviaturas, los complementos, el cambio de la palabra “afiliado”, en principio utilizada y después reemplazada, reaparece de nuevo. Todo esto nos hace pensar que se trata de una reflexión a filo de pluma. El proyecto en concreto reuniría tres clases de personas.
Al salir de la casa de formación, los maestros que se consagran en la Sociedad llevarían el nombre de cofrades. Serían destinados o cambiados de destino, si bien el texto no lo dice, por el superior general. Su método de enseñanza sería el de la Sociedad. Un visitador lo controlaría. Practicarían cierto número de ejercicios espirituales y tendrían la posibilidad de acogerse a una casa de formación en sus años de retiro. Para casarse deberían conseguir la doble autorización, del Superior y del obispo.
Si permanecían célibes, estos cofrades a los 33 años tendrían la posibilidad de profesar con votos simples para hacerse hermanos. La edad no se ha fijado al azar: la Congregación de Señores de Lyon contaba con hombres casados y célibes de más de treinta años. Los más jóvenes pertenecían a la Congregación de Jóvenes.
Finalmente los maestros, atraídos por las garantías pedagógicas que podría asegurar esta asociación de maestros. Estos maestros, si se les consideraba aptos, pasarían a ser afiliados.
El texto concluye con unas observaciones, no del todo formuladas, sobre los medios pecuniarios y las condiciones de admisión.
Congregación de maestros de escuela, noviciado, seminario menor, superior general, hermanos con votos simples. ¿Sería éste el bosquejo de una de tantas congregaciones de hermanos de la enseñanza aparecidas en el siglo XIX? Hermanos que se unirían a dos grupos de laicos. Uno que ha seguido el proceso de formación y el otro que dependería del primero, es decir de la Congregación. Pero las palabras empleadas entonces se prestan ahora a confusión."
Estas materias profanas se completan con una enseñanza específica en torno al servicio del altar. La relación estrecha con el obispo se subraya en el modo de designación del superior.
A continuación viene la descripción del personal que comprende el cuerpo docente: "La Congregación se compone de 1º: hermanos de treinta años cumplidos, ligados por votos simples y que por su vida regular han asegurado su perseverancia. 2º: cofrades, es decir, los que no habiendo hecho los estudios y exámenes en el seminario y ejercido las funciones de maestro de escuela, con el permiso del superior y la autorización de Monseñor, se casan y expresan el deseo de formar parte de la sociedad. Sus escuelas continúan sujetas a la inspección del visitador, reciben destino del superior general, y hacen un retiro anual de varios días en el seminario menor. Al jubilarse o al enviudar pueden acogerse al seminario, abonando una módica pensión. 3º: afiliados, es decir los que no habiendo hecho los estudios y pasado exámenes en el seminario menor, desearan tras algunas pruebas gozar de las mismas ventajas que los cofrades a excepción del derecho de jubilación".
Las abreviaturas, los complementos, el cambio de la palabra “afiliado”, en principio utilizada y después reemplazada, reaparece de nuevo. Todo esto nos hace pensar que se trata de una reflexión a filo de pluma. El proyecto en concreto reuniría tres clases de personas.
Al salir de la casa de formación, los maestros que se consagran en la Sociedad llevarían el nombre de cofrades. Serían destinados o cambiados de destino, si bien el texto no lo dice, por el superior general. Su método de enseñanza sería el de la Sociedad. Un visitador lo controlaría. Practicarían cierto número de ejercicios espirituales y tendrían la posibilidad de acogerse a una casa de formación en sus años de retiro. Para casarse deberían conseguir la doble autorización, del Superior y del obispo.
Si permanecían célibes, estos cofrades a los 33 años tendrían la posibilidad de profesar con votos simples para hacerse hermanos. La edad no se ha fijado al azar: la Congregación de Señores de Lyon contaba con hombres casados y célibes de más de treinta años. Los más jóvenes pertenecían a la Congregación de Jóvenes.
Finalmente los maestros, atraídos por las garantías pedagógicas que podría asegurar esta asociación de maestros. Estos maestros, si se les consideraba aptos, pasarían a ser afiliados.
El texto concluye con unas observaciones, no del todo formuladas, sobre los medios pecuniarios y las condiciones de admisión.
Congregación de maestros de escuela, noviciado, seminario menor, superior general, hermanos con votos simples. ¿Sería éste el bosquejo de una de tantas congregaciones de hermanos de la enseñanza aparecidas en el siglo XIX? Hermanos que se unirían a dos grupos de laicos. Uno que ha seguido el proceso de formación y el otro que dependería del primero, es decir de la Congregación. Pero las palabras empleadas entonces se prestan ahora a confusión."
Fuente: LUIS QUERBES, UN FUNDADOR CONTRARIADO.