Confiesa haber concebido el primer designio de la Sociedad.
La idea que le ocupa es la creación de un "seminario" menor destinado a proporcionar a las pequeñas parroquias de las aldeas buenos maestros de escuela que durante dos años de permanencia en el mismo, para estudios y noviciado, hallarían tiempo suficiente para formarse en la virtud, en los métodos y en los conocimientos necesarios y después, revestidos de la tonsura, serían enviados a los párrocos que los solicitaran para que fuesen fieles compañeros y servirían como sacristanes, salmista y clérigos en la administración de los sacramentos.