"Todos los días, al acabar su jornada, Diego se lleva a casa entre dos horas y media y tres horas de trabajo extra. Apenas tiene tiempo libre, y acusa los efectos del estrés. Diego no es un ejecutivo incapaz de desconectar o un asesor fiscal en época de impuestos. Es un niño de 10 años que cursa 5º de Primaria e intenta hacer todos los deberes que le mandan sus profesoras. Sus hermanas, Lara, de 12 años, y Nadia, de 8, tienen mucha menos tarea aunque van al mismo colegio público de Tres Cantos (Madrid). Mientras Diego está encerrado en su habitación, ellas salen a jugar o ven la televisión. Muchos días, cuando acaba, solo le da tiempo a cenar, ducharse e irse a la cama."
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