Evita la queja, es un recurso que no conduce a ningún sitio.
Si tu malestar tiene remedio, este no reside en tu protesta, sino en las acciones que emprendas para sanarlo.
Si no lo tiene, por mucho que protestes no lograrás evitarlo, sino, como mucho, importunarás a los que te rodean y ofenderás a quienes consideras injustamente causantes de tu malestar.