La canción de la paz del colegio
“Ser amigos (bis) es mejor (bis)
Que estar enfadados (bis)
Sin razón (bis)
Si tenemos(bis) ganas de pelear (bis)
Manos al bolsillo (bis), hay que hablar (bis)"
La mayoría de los padres con hijos en Educación Infantil conocen esta canción. La cantan en el colegio cuando dos niños están a punto de pegarse o una discusión por un juguete empieza a subir de tono.
¿Qué es la cultura de la paz?
En el colegio, los conflictos entre iguales no se consideran un problema, sino algo normal y una oportunidad para aprender a convivir y crecer.
El tema de la paz es tan importante que cada 30 de enero, aniversario de la muerte del Mahatma Gandhi, se celebra el Día de la Paz y la No Violencia, una jornada educativa no gubernamental fundada en España en 1964 por el poeta y pacifista mallorquín Llorenç Vidal Vidal.
Según la definición de las Naciones Unidas (1998, Resolución A/52/13), la cultura de paz consiste en una serie de “valores, actitudes y comportamientos que rechazan la violencia y previenen los conflictos tratando de atacar sus causas para solucionar los problemas mediante el diálogo y la negociación entre las personas, los grupos y las naciones”.
¿Cómo podemos educar los padres en una cultura de la paz a nuestros hijos?
Los padres somos los principales modelos de nuestros hijos: los niños no hacen lo que les decimos, sino lo que ven que hacemos. Así que aquí van algunas ideas para la reflexión:
- Trata a tus hijos como te gustaría que te tratasen a ti: con cariño, con respeto, escuchándoles y poniéndote en su lugar.
- Nunca pegues a tu hijo. Pegar un azote es un “recurso educativo” ineficaz, fomenta la agresividad en los niños y no mejora su autocontrol. Cuando un adulto pega a un niño, el motivo no es lo que hace el niño, sino la falta de control del adulto sobre su frustración, y saber que puede abusar. Pocos padres pegan un bofetón a su jefe o a su suegra cuando se ponen insoportables. Además, ¿con qué argumentos le puedes decir a tu hijo “no se pega” si tú sí pegas?
- No pegar a un niño incluye no hablarle con violencia, no zarandearle, no ridiculizarle, no insultar.
- Trata a tus conocidos como te gustaría que tus hijos tratasen a los suyos.
- Expresa tus sentimientos y opiniones y apoya a tu hijo para que se sienta libre de expresar también los suyos.
- Antes de discutir con tu pareja delante de los niños, cuenta hasta diez. Si la conversación sube de tono, vete un momento a otra habitación, respira hondo y pon las cosas en su lugar. ¿De verdad es tan importante esa lavadora sin tender?
- Cuando tu hijo te esté haciendo perder la paciencia, cuenta hasta veinte. Recuerda que él no puede mandarte a ti al rincón de “no puedo” si le gritas o coges una rabieta.
- Cuando veas un partido de fútbol, anima a tu equipo sin descalificar al contrario. No hagas comentarios sobre los jugadores del equipo rival que no te gustaría oír a tu hijo sobre sus compañeros de clase. Lo mismo se aplica a los políticos que vemos en las noticias.
- Tómate los atascos con calma. No grites, pites, ni insultes a los demás conductores. Y si los niños van dentro del coche, menos aún.
- Respeta tu turno en la compra, en la cola del autobús y en el banco. Si alguien se cuela, defiende tus derechos con firmeza, pero sin agresividad.
- La paz también se construye respetando los derechos de los demás, cuidando lo que es de todos y promoviendo la igualdad de oportunidades. Paga tus impuestos, recicla, usa las papeleras, recoge las cacas de tu perro... La lista puede ser tan larga como tú quieras.
Por: Belén Juan
Fuente de texto e imagen: www.serpadres.es