El P. Gregorio Esquíbel, durante el momento en que se dirije a los 30 directivos viatorianos, reunidos en el Monasterio de Santa María de la Vid, provincia de Burgos, el pasado 15 de noviembre. Éstas fueron sus palabras:
PALABRAS A LOS
EQUIPOS DIRECTIVOS
Sobre la
importancia de la fuerza y criterio interior
La
Vid: 15 de noviembre de 2013
Queridos
miembros de nuestros Equipos Directivos:
Estoy
convencido de que la transformación de un mundo, de una sociedad, de un colegio,
que quizás en nada o en poco se parece al que sueño, depende de la
transformación y el conocimiento de nosotros mismos; por lo que es importante
que de vez en cuando dirijamos nuestra mirada a nuestro interior, a lo que
somos internamente.
Pienso
que todo directivo, quien dirige una empresa, quien dirige una familia, quien
dirige un ciclo, quien dirige un colegio, y también, por supuesto, quien dirige
su propia vida (muchas personas no hacen o no saben hacer ni una cosa ni otra),
puede, a través de la reflexión y de un trabajo interior que nos debería tocar
hacer a cada uno, modificar, transformar y descubrir un mundo diferente, un
mundo mejor, una sociedad mejor, un centro educativo mejor…
Es
importante que reflexionemos, personalmente y en grupo, sobre lo que cada uno
de nosotros podemos aportar a este nuevo mundo colegial deseado por mí. Un
mundo donde los valores que están señalados en el “Carácter propio” de nuestros
colegios, estén por encima de todo y donde podamos libremente desarrollar esos
valores sin que nos sintamos coartados u obligados por otros condicionamientos
que normalmente suelen ser académicos, u otros que derivan de las exigencias
impuestas por la Delegación o el Ministerio.
Desde
cualquier empresa a través de sus líderes, desde las familias a través de sus
cabezas visibles, desde los colegios a través de los Equipos Directivos, desde
cualquier ámbito de la sociedad se pueden realizar acciones que provoquen ese
cambio, esa mejora, la consecución de los objetivos que nos proponemos…; pero
para ello tenemos que contar siempre con una actitud que tiene que venir dada
por un conocimiento interior, por un conocimiento de uno mismo. Hemos de ser
conscientes del valor que somos y tenemos cada uno de nosotro/as.
Hemos
de poner en juego nuestra sensibilidad personal, nuestro saber estar en lo que
nos jugamos, nuestra inteligencia investigadora y nuestra humanidad próxima a
los educandos y a nuestros claustros… para conseguir que nuestro encuentro de
hoy tenga un tinte innovador, inteligente, novedoso y original.
Hablando
en general, las turbulencias de todo tipo que vivimos en el mundo actual son
causadas por nuestras propias turbulencias internas. Es la masa, la población
lo que se llama “inconsciente colectivo” lo que está creando el mundo en el que
vivimos. Hemos olvidado que cada pensamiento, sentimiento y acción que
realizamos debería estar destinada a lograr un propósito mayor, un objetivo
mejor. Fácilmente desconectamos de nuestra sabiduría interna que es la que
actúa como nuestra guía interior y actuamos despistados buscando fuera de
nosotros aquello que sólo se puede encontrar dentro.
Crear
un mundo mejor, crear una sociedad mejor, que es nuestro objetivo educacional,
se logra siendo individuos satisfechos consigo mismos y con sus propias vidas.
Esto implica un conocimiento consciente de nuestro propósito de vida, del
sentido que queremos dar a nuestra vida, de nuestro liderazgo personal para
prestar más atención al ser que al hacer que es donde estamos centrados hoy en
día. Para ello contamos con una disciplina milenaria que proporciona múltiples
beneficios a nuestra salud y nos conecta con la quietud interior abriendo
espacios para dar respuestas sobre nuestra naturaleza original. Esta disciplina
se llama “meditación”.
En
cualquier caso, no podemos esperar a que el cambio y la mejora de lo que
deseamos lo hagan los otros, los que están en la cima del poder, los super-dirigentes,
los que están arriba. Es una responsabilidad colectiva a través de cada uno de
nosotros. El cambio viene de cada individuo, y así puede ir subiendo a las altas
esferas. Nada cambiará si tú o yo no cambiamos primero. ”
Capacitémonos,
eduquémonos, aprendamos a decidir, creemos, combatamos nuestros miedos interiores,
cuestionemos nuestras necesidades, nuestras creencias y valoremos nuestras experiencias.
Animémonos y convirtámonos en ser nuestro propio líder interior. Y todo ello
con una sana alegría.
Liderar
tu propia vida conscientemente la moldea y te da poder. Tener una actitud ágil
y resolutiva acciona el proceso de tus poderes interiores transformando tu percepción
de la vida y de ti mismo, valorando quién eres y qué es importante para ti.
Este
es el camino para que nuestra pedagogía y nuestras metodologías sean las
mejores y las más aptas para el hoy educativo en el que estamos embarcados.
Buen
día de trabajo.
Goio Eskibel, Viator.
Superior provincial