SOMOS 25. Y DESPUÉS ¿QUÉ?
EL GENOMA DEL
EDUCADOR VIATORIANO
Valladolid,
28 a 30 de junio de 2013
ALGUNOS
RASGOS DE LA PEDAGOGÍA DE LUIS QUERBES
DEL
GENOTIPO AL FENOTIPO DEL EDUCADOR VIATORIANO (2/2)
(VIENE DE
LA 1ª PARTE)
4.- UNA ESTRUCTURA
FORMATIVA Y ANIMADORA
Luis Querbes creó un equipo de
maestros, definió las grandes líneas de un proyecto educativo y elaboró
instrumentos pedagógicos, haciendo el seguimiento de sus escuelas con
frecuentes visitas. Sabe jugar bien su papel de superior de una congregación
dedicada a la enseñanza.
Algunos elementos:
4.1 MES DE
FORMACION EN VACACIONES
Las vacaciones de verano no eran excesivamente
largas, ni propiamente de verano, pues duraban del 21 de septiembre al 21 de
octubre, fiesta de San Viator. Según parece, la
duración y la fecha no estaban reglamentadas por el Estado, sino que se
aprovechaba la época de la vendimia, cuando los muchachos de la escuela rural
eran requeridos por sus padres para ayudar en las tareas de la recolección.
Entonces los catequistas se trasladaban a Vourles.
“provistos de la ropa necesaria y los libros y cuadernos de estudio”.
“Recibían
cada día del P. Querbes una conferencia sobre sus deberes religiosos y sus obligaciones
de maestros cristianos.
Otros
religiosos, generalmente los directores más experimentados, daban conferencias
pedagógicas, clases modelo, cursillos, etc. Era una verdadera enseñanza mutua,
pues cada uno aportaba aquello que mejor resultado le había dado durante el
año.
Al final de
las vacaciones había examen y presentación de los trabajos realizados durante
el curso. La reunión acababa con los
Ejercicios Espirituales.
VÍDEO 09 - EL EDUCADOR VIATORIANO ES RETADOR Y
PROVOCADOR
4.2 La
Conferencia semanal
Para mantener viva en sus catequistas y educadores
la llama del celo y del interés pedagógico y por los estudios, y como remedio
al aislamiento y soledad de sus religiosos dispersos, el P. Querbes determinó
se hiciese la “conferencia de los jueves”.
El jueves era día de asueto completo en Francia.
Los Clérigos de San Viator estaban dispersos, pero casi siempre en pueblos
próximos unos a otros. Cada tres o cuatro constituían un magisterio, al frente
del cual había un religioso de probado valer, que era quien presidía las
reuniones del jueves.
En 1829, antes de haber hecho ninguna fundación,
escribía en su primer esbozo de los Estatutos:
“Todas las semanas se reunirán los religiosos de
las parroquias vecinas que forman un mismo magisterio, para la conferencia. En ella darán cuenta del éxito de sus trabajos
durante la semana transcurrida, de la preparación hecha para la semana entrante,
del estado de su clase y de sus estudios particulares y de los castigos
impuestos”.
“A esta reunión llevarás también
tu diario de clase o registro en el que has debido ir escribiendo día a día
todo lo que te haya llamado especialmente la atención en la escuela”
Este cuaderno abarcaba ocho
apartados de los que se tratará en otro lugar al hablar de los Registros
escolares.
Estas reuniones eran claves para mantener el
entusiasmo pedagógico, estimular la observación y el interés por los temas
profesionales. Si hoy son medios excelentes para promover la calidad de la
enseñanza, mucho más necesario lo eran entre maestros aislados y con muy
desigual preparación cultural y pedagógica.
Estas reuniones servían para mantener y concretar
las directrices recibidas en la reunión de vacaciones.
VÍDEO 10 - EL EDUCADOR VIATORIANO SE AFANA EN EL DIÁLOGO
4.3 EL
VISITADOR
Para controlar la observancia de las directrices
dadas y aconsejar a los que experimentaban dificultades, dispuso el P. Querbes
que todos los establecimientos fueran inspeccionadas por un visitador, que
pasaría al menos una vez al año por las escuelas de varios maestros y dos por
las de los catequistas aislados. Estos además eran visitados más frecuentemente
por los superiores del magisterio del que formaban parte.
“Los inspectores deben estar convencidos de que de
ellos y de su vigilancia depende el buen estado temporal y espiritual de la
Sociedad...
El día de su llegada tendrá una reunión con los HH.
y les incitará con toda amistad y bondad a renovarse en el espíritu de fervor y
en el amor al estudio...Luego hará la visita del material escolar...(que
detalla minuciosamente)...”.
“Visitará las clases e interrogará a los alumnos
sobre las materias de estudio y sobre todo acerca de la doctrina cristiana.
Parte de la visita la dedicará a ver cómo explica el maestro sus lecciones”.
“Ante de dejar la casa, consignará en el memorial
de visitas las recomendaciones que juzgue pertinentes”.
Quiere que la visita del inspector sea rápida,
aunque sin precipitación.
“Haríais vuestra visita inoportuna y es preciso que
os reciban con alegría. No hay que perder un momento, y cuando os hayan dado
cuenta del estado material y espiritual, después de haber visitado las clases,
los niños, el material os apresuraréis a coger vuestra maleta. A lo más, a
instancias de vuestros Hermanos, prolongaréis vuestra estancia entre ellos
medio día más”.
La visita del inspector constituía, por otra parte,
una garantía y punto de referencia para la valoración de maestros aislados,
sometidos frecuentemente al juicio no siempre ponderado ni justo de ciertos
párrocos “originales
VÍDEO 11 - EL EDUCADOR VIATORIANO SE TRABAJA DESDE LA
DISPONIBILIDAD
B.-
ESTILO PEGAGOGICO PERSONAL
Aunque no sepamos bien como enseñaba en el pequeño internado de Vourles,
podemos sin embargo observar la relación pedagógica que mantiene con sus
hermanos, las cualidades que muestra y que revelan claramente su pedagogía.
Señalamos a continuación algunos de sus rasgos personales en esta dimensión.
1.- VALORADO Y RECONOCIDO
Su prestigio como educador y director de las Escuelas viatorianas es manifiesto y un hecho lo demuestra: solicitan su
colaboración, y realiza una destacada aportación, en la elaboración de la Ley
Falloux de Educación de 1850, que hizo realidad la libertad de enseñanza en
Francia.
2.-
UN trabajador incansable
En numerosos textos el P. Querbes habla de la cualificación que los maestros
y catequista deben adquirir y lamenta
que no sean más numerosos los que obtengan el Diploma que les capacite para
ocupar un puesto de maestro. Les anima a trabajar personalmente, a elaborar un
plan de formación, sobre todo en materias religiosas. Como Catequistas, no deben ni perder ni emplear mal un sólo instante
del día. Es preciso que sus días sean llenos. (Comentario de los
estatutos).
Sus días estaban realmente llenos. Además de sus tareas pastorales como
párroco de Vourles, el P. Querbes dirige una Congregación que va en aumento, lo
que le obliga a despachar mucha correspondencia, a viajar mucho, a negociar con
unos y con otros, etc. Predica en Vourles y también en otras parroquias.
Prepara correctamente y publica libros como por ejemplo la Lira parroquial (Recopilación
de cantos religiosos populares y propios) o el Ordo perpetuo (Calendario de celebraciones religiosas). Sin duda, para los religiosos, que no se equivocan del todo, consagraba
demasiado tiempo a sus trabajos personales y no el suficiente a ellos quienes,
a veces, se encuentran confrontados a dificultades de todo tipo. El dejó en los
archivos de la Dirección general los apuntes que tomaba en sus lecturas, los
esquemas que le permitían hablar delante de los más diversos auditorios, los
borradores de sus sermones. Y si al final de su vida nos dice un testigo, (el
sacerdote Bouvard) que el P. Querbes: « improvisa, su espíritu, su corazón, su piedad estaban alimentados de la
doctrina católica. El hablaba de la abundancia de su corazón, pero siempre sabiendo
perfectamente lo que decía y adaptándose maravillosamente a las necesidades de
su auditorio ».
Luis es un pedagogo cualificado, que
ha adquirido el dominio de lo que enseña.
VÍDEO 12 - EL EDUCADOR VIATORIANO ACOMPAÑA LA VIDA Y
ABORDA PROBLEMAS
3.- paciente
El P. Querbes tenía un carácter un poco petulante. Esta palabra, en
francés, ha quedado un tanto anticuada para designar el temperamento de esas
personas de reacciones vivas y que tienen dificultad para contenerse y hablar
ante de pensarlo diez veces…Y de ello sus Catequistas, sus feligreses, incluso
los desconocidos tuvieron la experiencia. Sin
embargo se mostraba paciente : El P. Querbes era de una gran « amenidad » (muy ameno) otra palabra
antigua para designar un carácter, un lenguaje y una actitud marcados por la
dulzura, la cortesía natural, la benevolencia que generan confianza) que bastaba con hablar un poco con él para
descubrir la grandeza y la riqueza de su corazón. Os escuchaba con mucha
paciencia, acogía vuestras confidencias, sufría con vuestras penas, se
identificaba con vuestras desgracias y buscaba, y a veces encontraba, el
remedio a vuestros males » (Jean-Pierre Blein)
Algunos abusaban un tanto de su paciencia: No desesperaba de nadie (…) Quizá su buen corazón le jugaba a veces
malas pasadas al confiar en aquellos que no lo merecían ; pero, en realidad,
se lo podemos reprochar ? Sus intenciones eras tan nobles y sobre todo tan
desinteresadas que él no podía pensar que con ocasión de sus negociaciones y
tratos alguien le pudiera engañar.
A veces se aprovechaban de sus
buenas disposiciones para explotarle (id.). El mismo F.
Blein precisa que el Fundador amaba a sus
hermanos como si fueran sus propios hijos, hasta el punto de ponerse enfermo
cuando perdía alguno (T. 13 § 9).
Corría el riesgo de llenar la Sociedad de personas que no tenían nada que
hacer en ella. Cuenta el P. Etienne Gonnet que un día le preguntó por qué guardaba en su comunidad personas que
hubiera tenido que expulsar y cuya conducta dejaba mucho que desear; el P. Querbes
me respondió: Si se les expulsa serán almas perdidas, y si se les guarda quizá
puedan convertirse. No hay que romper la caña cascada ni apagar la mecha
humeante.
El « Siervo de Dios » cumplía a la perfección el oráculo de
Isaías: No quebrarás la caña cascada ni
apagarás la mecha humeante. Quizá el P. Querbes había olvidado que la frase
del profeta se completa con hasta que el
derecho se establezca sobre la tierra (Is 42, 3-4).
Luis es optimista. Cree que el fracaso de hoy podrá ser borrado con el éxito de mañana. Cree en el progreso de los alumnos.
VÍDEO 13 - EL EDUCADOR VIATORIANO BREGA DESDE LA
COMPASIÓN
4.- SERVICIAL y solícito
Luis como educador trabaja a fondo perdido, sin buscar su propio provecho.
El sirve a quien educa y no a sí mismo.
Pero antes de hablar de esta actitud, digamos una palabra sobre el
desinterés material del P. Querbes. El P. Hugo-María Favre nos cuenta que Luis
Querbes era “de un desinterés admirable,
no sabía ni calcular ni exigir sus derechos” (T.4/24). Testimonio confirmado
por el H° Blein : “Su intención era
tan pura y sobre todo tan desinteresada y tan poco desconfiada que él no podía
creer que en las negociaciones le pudieran engañar. Ciertamente algunas veces
aprovechaban de estas disposiciones para explotarle. No le gustaba hablar de
dinero; le hubiera gustado que sus hermanos no costasen nada a los municipios
donde él les enviaba (T.13/62). Sabemos, por la correspondencia recibida,
que los hermanos no opinaban lo mismo porque tuvieron que sufrir por falta de
recursos, tanto para sus escuelas como para ellos mismos en su vida cotidiana.
El P. Querbes tenía la autoridad del
superior, apunta alguien de Vourles que le conocía bien (T.26/111). Y sin
embargo, y cito al H° Blein, (el P. Querbes) “no era superior más que en su comunidad. Por todas partes se presentaba como servidor. Cuando visitaba sus
establecimientos, siempre tenía miedo de molestar y se ponía a la altura de sus
hermanos rechazando los honores (T.13/58).
El servidor va hasta olvidarse de sí mismo : “Cuando el señor Querbes pensó en la creación de su obra, continúa
el H° Blein, renunció a toda promoción en
el ministerio sagrado, promoción a la cual le daban derecho sus talentos y
aceptó de buena gana las fatigas, los problemas y las pequeñas decepciones que
le iban a tocar en suerte. Quién tendría el valor de quitar importancia a toda
esta abnegación y a todos estos sacrificios? (T.13/62)
Esta desposesión, Luis Querbes la
vivía cada día en su vida y en la de la fundación. Y esa es la causa de que la
Sociedad de catequistas progresara entonces y exista hoy. Si se hubiera
aferrado a su idea primera (fundar una cofradía de maestros cristianos), no se
hubiera hablado de San Viator desde hace tiempo.
Y es porque él vivió esta desposesión
que conoció ciertos desengaños y sinsabores. Cuando el P. Querbes funda en un
país extranjero, encomienda a sus hermanos al obispo del lugar. Pero este
abandono entre las manos de otra persona se puede revelar desastroso, como
sucedió en San-Luis (EE.UU.) y en Agra (India). Aunque también puede producir
frutos. El obispo de Montreal, por ejemplo, supo dar un fuerte impulso a la
fundación canadiense y enraizarla sólidamente en esa bendita tierra.
Pero he aquí que, además de las trabas que ponía el gobierno, Monseñor
Crozier proyecta fundar su propia congregación diocesana e incluso pide al P.
Querbes que le ceda al P. Gonnet para ponerle al frente de esta nueva
congregación ; Gonnet con quien con
Esta actitud de disponibilidad, este desapego están en la misma línea que
esa gran corriente que viene de muy lejos y que tiene su fuente en la Biblia:
el pobre delante de Dios sabe que no es más que un siervo y que no existe más
que un Maestro al cual no puede remplazar.
VÍDEO 14 - EL EDUCADOR VIATORIANO TRABA AMISTAD CON DIOS
5.- con sentido del humor
Un último rasgo que estamos contentos de encontrar en un educador y del
cual el P. Querbes está dotado: el sentido del humor, que permite relativizar
los propósitos y las actitudes del joven educando, desdramatizar las
situaciones conflictivas y no tomar todo a la tremenda.
Todos los testimonios concuerdan: el P. Querbes tenía una réplica que podía
llegar a ser mordaz. “Durante su
juventud, precisa el H° Salín, era
extremadamente travieso y le gustaba hacer juegos de palabras; ya de mayor,
estaba realmente contento cuando podía hacer una jugarreta a uno de sus
condiscípulos o a alguno de sus hermanos. Replicaba fácilmente y !ay de
aquel que quisiera reírse de él ! De todas formas, por modestia, él no
atacaba nunca el primero ni monopolizaba la conversación. Pero como sus
hermanos le sabían lleno de picardía, provocaban al P. Querbes, persuadidos que
al final él sólo llevaría el peso de la conversación.” (T.19/87).
Un antiguo párroco de Vourles que le conocía bien, confirma el testimonio :
“De carácter alegre, de humor caústico,
pero nunca desagradable, el P. Querbes era excelente contando chistes ;
animaba como nadie tanto una conversación como una reunión de amigos (T.33/126).
Pero no estamos aquí en presencia de lo que podemos llamar « un tipo
gracioso », incluso si el carácter festivo y las cualidades de su espíritu
que hemos descrito, predispongan a ello. Se trata de un humor capaz de llamar
la atención a alguien o de darle una lección sin que el otro se diera cuenta.
El sacerdote Bouvard da un ejemplo. Se trata del alcalde de Vourles quien,
antes de ejercer esa función, había sido guarda nacional, es decir que formó
parte de esa milicia popular y republicana que estaba movilizada y preparada
para mantener el orden entre la población, pero que era, en el fondo, una
escuela de liberalismo y de anticlericalismo. Los guardas nacionales tenían
uniforme. El alcalde tenía la costumbre, los días de fiesta, de ponerse el
sombrero de guarda nacional, aunque no lo fuera ya que ahora era alcalde.
“Nadie se atrevía a llamarle la
atención por su originalidad o por la puerilidad de su gesto. El día del Corpus
Christi, con ocasión de la comida ofrecida a los cantores y a los miembros de
la fábrica (consejo parroquial), a la cual el señor alcalde tenía el honor de
asistir con el sombrero de guarda nacional, el P. Querbes alabó el
sombrero diciéndole que decoraba muy bien su augusta persona, y que también
podría decorar cualquier cabeza, y diciendo esto cogió el sombrero y se lo
puso. Todos los asistentes se partieron de risa. El Alcalde se curó de su
vanidad” (T.33/125).
Pero el humor auténtico es cuando nos reímos de nosotros mismos. Es esa
mirada crítica sobre la propia persona, una verdadera mirada, incluso
divertida. Al comienzo de una carta dirigida al P. Faure, Luis Querbes escribe
lo que sigue: “Usted ya conoce los deseos
que yo he formulado con respecto a usted, en respuesta a los suyos, con ocasión
del Año nuevo. Efectivamente, nosotros debemos ser santos y yo en particular.
Más que nunca siento que Dios me pide todos los sacrificios. Gracias a su
bondad, no experimento repugnancia
frente a ninguno. Sin embargo las maravillas que El realiza sobre nuestros
novicios me confunden y me reconfortan. Rece a menudo por mí en la Santa misa
para que pueda triunfar de mi carácter petulante, que usted ya conoce. Me
parece que si se empieza a notar menos, es que las ocasiones empiezan a
faltarme” (DQ 306/6.30).
VÍDEO 15 - EL EDUCADOR VIATORIANO DESPRENDE AROMAS DE
HUMOR
José Antonio González, csv
(FIN)
Madrid, JUNIO de 2013
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