Los refugiados que logran llegar a Europa desde Siria se hacinan y buscan un pequeño espacio para la privacidad y la supervivencia en los campos de Alemania y Bulgaria.
Muchos han viajado con sus hijos, niños y adolescentes de diversas edades que han caminado miles de kilómetros huyendo de la guerra. Como los que han quedado atrás, en Turquía o en Siria, llevan seis años sin derecho a la educación. En los campos solo encuentran, en el mejor de los casos, escuelas improvisadas y psicólogos que trabajan con ellos para ayudarles a superar el trauma vivido. Ellos solo quieren que la guerra termine y las bombas dejen de caer sobre su pueblo para volver a casa. Sus padres, que saben que eso que llaman casa quizás ya no existe, tienen un único objetivo: los papeles que les convertirán en refugiados legales.
En este enlace están los recursos:
http://maestrosconlosninosdesiria.blogspot.com.es/2016/05/una-mirada-ninos-refugiados-traves-red.html?m=1
Fuente: Maestros con los niños de Siria