José María Alvira: “Al Gobierno le da miedo que muchas
familias pidan un centro concertado”
El
secretario general de Escuelas Católicas reivindica el papel y la misión
fundamental de la Educación concertada tradicional dentro de la sociedad
española.
José
María Alvira nos recibe en la sede de Escuelas Católicas en pleno barrio
madrileño de Moratalaz. Alvira es marianista y tal vez por eso estila clase y
maneras educadas. Refleja esa sabia mezcla entre la cercanía y la gravedad de
quien se sabe representante de 2.000 centros, 1,2 millones de alumnos pero,
sobre todo, de un legado educativo de siglos, el que representa la Educación
católica en nuestro país. Desde su reelección, ha mostrado un claro compromiso
con los centros católicos, la libertad de enseñanza y el modelo de
concertación… y no son buenos tiempos. En referencia a la situación de acoso
que padece su sector, en el reciente congreso de Escuelas Católicas de Madrid
citó aquello de San Pablo de “estamos atribulados en todo, más no angustiados;
en apuros, más no desesperados; perseguidos, más no desamparados; derribados,
pero no destruidos…”. Le duele la desconfianza que muestra hacia su sector la
reforma que prepara el Gobierno Sánchez, aunque se muestra crítico con las
malas prácticas de la llamada “nueva concertada”.
Pregunta.
¿Podría hacer una valoración general de este anteproyecto?
Respuesta. — El procedimiento que se está
siguiendo me parece que no es serio porque se está haciendo de manera
precipitada. El Ministerio tiene intención de alcanzar un consenso, pero
resulta difícil con este calendario y con estas formas. Respecto al contenido,
es una vuelta al pasado.
Vayamos
por partes. ¿Qué opina de que el Consejo Escolar pase a tener más atribuciones
en detrimento del director?
—
El Consejo Escolar estaba concebido como un órgano de participación de padres,
profesores y alumnos que nos parecía muy bien, pero lo quieren convertir en un
órgano de gobierno y no tiene sentido. Que se pretenda que el Consejo Escolar
intervenga en la gestión nos parece que es entrar en un terreno que no le
corresponde.
Todo
esto suena a que volvemos al viejo paradigma de democracia en las aulas,
¿verdad?
—
Hay que dar al profesor la autoridad que debe tener. A veces parece que estamos
hablando de autoritarismo o de un profesor dictatorial, pero no se trata de
eso. Se trata de contar con la opinión de los alumnos, pero que quede claro que
el profesor es el que educa. El igualitarismo llevado a los extremos es
antieducativo. Nosotros hacemos una contribución positiva a la Educación
española y merecemos un respeto
¿También
parece que volvemos las evaluaciones LOE?
—
Que tengan un carácter diagnóstico está bien para mejorar, pero que pierdan el
valor de cara a la certificación no lo veo del todo justificado.
¿Qué
opinión le merece que se pretenda universalizar el 0-3?
—
Aquí hay una cuestión de fondo. En algunas comunidades autónomas la pretensión
por parte de la Administración es la de crear centros públicos para esos niños,
de tal manera que después se oriente la elección de los padres para las etapas
siguientes hacia la enseñanza pública. Es, por ejemplo, lo que se está haciendo
en la Comunidad Valenciana.
¿Cree
que la Concertada sigue apareciendo bajo sospecha?
—
Sin duda. No sé por qué siempre que se menciona a la Concertada se dice que hay
que controlarla para que no se cometan excesos. Nosotros hacemos una
contribución positiva a la Educación, merecemos un respeto y que se valore lo
que hacemos.
Bueno,
la ministra va contra determinado tipo de Concertada…
—
Sí, incluso además lo dice explícitamente. Con la llamada “nueva concertada” se
refiere a los que hacen negocio desde la escuela concertada. Utilizar un centro
para hacer negocio es legítimo, pero no lo es hacerlo aprovechando las facilidades
de la concertación.
Esa
“nueva concertada” perjudica nuestra imagen y da argumentos a algunos para
atacarnos.
¿Habría
que actualizar el modelo?
—
Cualquier otro modelo puede tener más inconvenientes que ventajas. Si empezamos
a establecer niveles de concierto, podemos correr el riesgo de mantener
colegios para una clase social más elevada y, precisamente, el valor del
concierto es que todos somos iguales al solicitar centro.
La
'nueva concertada' nos perjudica y da argumentos a algunos grupos para
atacarnos.
Entonces,
¿cuál sería la solución para esa “nueva concertada”?
—
Les diría que no pidan la concertación y que cobren la cantidad que quieran
como privados. Que comiencen así y una vez hayan conseguido recuperar la
inversión, pidan la concertación. Otra posibilidad es que los conciertos
contemplen, entre los gastos, las inversiones que hasta ahora están excluidas.
¿Por
qué no les gusta la figura del concejal en los consejos escolares?
—
Porque un centro concertado es un centro privado y la dirección y la
orientación le corresponde al titular. El hecho de que reciba fondos públicos
no significa que tenga que intervenir en su gobierno, y menos el ayuntamiento,
que no proporciona ningún fondo. Nosotros lo llamamos “comisario político”
porque en el fondo lo que se pretende es vigilar desde la Administración
pública.
También
ha generado polémica respecto a la eliminación del concepto de “demanda social”.
—
Les da mido que haya muchas familias que pidan un centro concertado. En alguna
Consejería del PSOE, esa demanda social les obligaría a tener que concertar más
unidades de centros con lista de espera y, en consecuencia, cerrar alguno
público. Eso, desde el punto de vista de la planificación, según ellos sería un
desastre.
¿Por
qué el Anteproyecto no mencione la Religión?
—
Que no se hable de Religión en la ley orgánica supone que se tenga que
reglamentar con un real decreto. Eso quiere decir que se deja manos libres al
Gobierno para que después lo reglamente como quiera. Tal vez lo que quieren es
quitar el foco y contentar a una parte de la sociedad.
¿Habéis
planteado que la Religión no se de en todos los cursos?
—
Sería una posibilidad, si queremos que tenga seriedad académica, pero que
cuando se imparta sea con una intensidad horaria semejante al resto de
asignaturas. La Religión es importante si queremos contribuir al pleno
desarrollo del alumno. §§§