"Cuando dotamos a nuestra clase de normas de convivencia, acompañamos (o deberíamos) las normas con consecuencias positivas y negativas por cumplir las normas o no hacerlo.
Sin embargo hay una regla de oro que solemos distraer y es la siguiente:
No pares de enseñar cuando alguien se salta una norma.
Como profesor, tu deber es enseñar a la mayoría de la clase que sí está cumpliendo las normas de convivencia.
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